PALAS ATENEA
La Elegida- La Amazona Mental
Es la diosa protectora de toda mujer intelectual, segura y confiada en sus recursos mentales, que se siente a la par de los varones en el mundo de las ideas y del poder del discurso. La diosa de las mujeres empresarias, de las mujeres que trabajan y generan sus propios ingresos.
Pero su sombra es un espejo doloroso de dos caras ... Puede ser tanto la amazona competitiva como su opuesta complementaria, la excluida, la Medusa que sólo atina a tejer en las sombras sus pequeñas venganzas envidiosas.
Es la diosa protectora de toda mujer intelectual, segura y confiada en sus recursos mentales, que se siente a la par de los varones en el mundo de las ideas y del poder del discurso. La diosa de las mujeres empresarias, de las mujeres que trabajan y generan sus propios ingresos.
Pero su sombra es un espejo doloroso de dos caras ... Puede ser tanto la amazona competitiva como su opuesta complementaria, la excluida, la Medusa que sólo atina a tejer en las sombras sus pequeñas venganzas envidiosas.
En el Olimpo, Palas reinaba como la Hija Elegida de Zeus,
quien la concibió de sí (de su cabeza)
quien la concibió de sí (de su cabeza)
y por eso mismo la amó:
por ser la única Diosa que pudo albergar a Logos
en el sagrado cuerpo femenino...
Pero también, es la Diosa que porta en su escudo
la imagen indeleble y terrible de su propia sombra...
La Excluida, la Medusa...
... que sin embargo constituye
la misteriosa clave para su camino de retorno a Eros.
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ALGO MÁS SOBRE ESTA DIOSA:
Cada arquetipo tiene tanto un lado negativo como uno positivo. Palas es el ideal de la mujer fuerte e inteligente, sin embargo, le falta aquel sentimiento femenino que une a la hija con la madre.Es que realmente ¿nunca ha tenido madre? ... La tuvo, pero por lo menos en el origen de su mito, no la recuerda... Ella sólo se recuerda y afirma a sí misma como Hija del Padre Poderoso, el Gran Zeus del Rayo de cuya cabeza nació totalmente armada con espada, yelmo y escudo. Fuerte, inteligente, prudente y triunfadora. Protectora de Atenas, la “ciudad luz” del milagro griego antiguo. Defensora de los derechos masculinos patriarcales.
Sin embargo, sobre su túnica de piel de cabra y sobre su escudo, Palas Atenea lleva la cabeza de Medusa... ¿por qué? Porque es una de sus caras ocultas, su sombra más profunda, su temor más vergonzante. Medusa y ella son el anverso y reverso de una sola y compleja entidad femenina.
Medusa fue una de las tres Gorgonas, originariamente deidades femeninas hermosísimas y venusinas. Era la más hermosa de las tres y, según se cuenta, su pelo negro y ondulante constituia su tesoro más preciado. Quizá fuera una de las antiguas sacerdotisas de las Diosas de la Tierra caidas en desgracia por la pujante fuerza de los nuevos Dioses masculinos. Uno de ellos, Poseidón, dios del mar, se enamoró de ella e hicieron el amor en el templo de Palas Atenea, irritando a la poderosa diosa de la Inteligencia. La hermosa Medusa fue transformada en un monstruo y su hermoso pelo en una mata viscosa de serpientes venenosas. Con su mirada de aspid, de allí en más se dedicó a matar a quien se acercara a su cueva.
Nos dice Marion Woodman en “Adicción a la Perfección” (uno de los textos más inspirados sobre el camino de retorno de Logos a Eros, en la individuación femenina) que las modernas Palas surgidas de las frentes de sus padres, no necesariamente son mujeres liberadas. Muchas de ellas han probado más allá de toda cuestión que son iguales o mejores que los hombres: excelentes médicas y terapeutas, excelentes mecánicas, excelentes investigadoras, excelentes consultoras de negocios. Pero, también son, en muchos casos, mujeres infelices. Tan infelices como la desdichada Medusa, aquella maravillosa Venus condenada a la cueva oscura.
Ocurre que, separada de la sabiduría del cuerpo femenino, la Hija del Padre está congelada. Hasta que Medusa no vuelva a ser Venus y reconcilie su sabiduría erótica con la poderosa mente de Palas... ambas simbolizarán meros fragmentos de la psique femenina.
Mientras las mujeres nos sigamos identificando polarizadamente con el poder del Gran Padre Poderoso (originando Amazonas triunfantes pero disociadas) o con el poder de la Gran Madre Oscura (generando Medusas femeninas pero impotentes) deberemos responsabilizarnos por el matriarcado basado en el principio del poder subterráneo, que produce un patriarcado adolescente.
Mientras no volvamos a juntar en nuestras psiques Logos y Pathos, inteligencia femenina e intuición profunda, nosotras y nuestros compañeros masculinos seguiremos destinados al desencuentro.
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